Era el año 1984, Rusia todavía era la Unión Soviética, y en ese tiempo de cambios políticos y culturales, una pequeña pieza de entretenimiento estaba a punto de nacer, una que cambiaría para siempre la historia de los videojuegos. En medio de la Guerra Fría y la agitación geopolítica, un joven ingeniero informático llamado Alexey Pajitnov creaba un juego que cautivaría a millones en todo el mundo: el Tetris. Mientras las tensiones políticas dominaban los titulares, en los laboratorios del Instituto de Investigación Dorodnitsyn de Matemáticas Aplicadas de Moscú, Pajitnov trabajaba en un proyecto personal que fusionaba su amor por la programación y los rompecabezas. Con ingenio y determinación, dio vida a un juego de bloques que desafiaría la lógica y la destreza de quienes se atrevieran a jugarlo. En ese mismo año, el Tetris se lanzó de forma modesta, sin grandes alardes ni campañas de marketing, pero su adictiva jugabilidad pronto se propagó como un fuego imparable. Lo que comenzó como un pasatiempo para Pajitnov y sus colegas pronto se convirtió en un fenómeno global, trascendiendo fronteras y culturas. El mundo estaba cambiando, y con él, los videojuegos. En una época dominada por las consolas de arcade y los primeros ordenadores personales, el Tetris se destacaba por su simplicidad y su capacidad para desafiar a jugadores de todas las edades. Con cada línea completada, una sensación de satisfacción y logro envolvía a quienes se sumergían en este mundo de formas geométricas. Pero el ascenso del Tetris no estuvo exento de desafíos. En un contexto de tensiones geopolíticas, su camino hacia la fama mundial se vio obstaculizado por las complejidades de la propiedad intelectual y los derechos de autor. Sin embargo, su brillantez trascendió barreras, y eventualmente encontró su lugar en la historia de los videojuegos como uno de los títulos más icónicos y perdurables de todos los tiempos. Así comenzó la historia del Tetris, un juego que no solo desafió la gravedad en la pantalla, sino también las fronteras del entretenimiento y la creatividad humana. En los años venideros, su influencia se extendería mucho más allá de las pantallas de los ordenadores y las consolas, dejando una huella imborrable en la cultura popular y el imaginario colectivo. Este es el relato de cómo un simple juego de bloques se convirtió en un fenómeno mundial, una historia que continúa cautivando a nuevas generaciones y demostrando que, a veces, la grandeza surge de la más inesperada de las formas.
Desde su creación inicial en 1984, Tetris evolucionó rápidamente en los siguientes años. Alexey Pajitnov, utilizando el sistema Electronika 60 que carecía de una interfaz gráfica, modeló el campo y las piezas utilizando espacios y corchetes. Al darse cuenta de que las líneas completadas llenaban la pantalla rápidamente, decidió eliminarlas, creando así una parte fundamental de la jugabilidad de Tetris. Esta versión temprana de Tetris no tenía sistema de puntuación ni niveles, pero su cualidad adictiva lo distinguía de otros juegos de rompecabezas que Pajitnov había creado. Pajitnov había completado la primera versión jugable de Tetris alrededor de 1985. Al presentar Tetris a sus colegas, estos rápidamente se volvieron adictos a él. Pronto, Tetris se había extendido por todas las oficinas dentro de la Academia de Ciencias, llegando incluso a todos los institutos de Moscú con un ordenador. Un amigo de Pajitnov, Vladimir Pokhilko, quien solicitó el juego para el Instituto Médico de Moscú, vio cómo la gente dejaba de trabajar para jugar a Tetris. Pokhilko eventualmente prohibió el juego en el Instituto Médico para restaurar la productividad. Vladimir Pokhilko, considerado también uno de los padres de Tetris, más adelante fundaría una empresa con Alexey Pajitnov, aunque su asociación no acabaría muy bien. Pajitnov buscó adaptar Tetris al IBM Personal Computer, que tenía una pantalla de mayor calidad que la Electronika 60. Para esto, reclutó a Vadim Gerasimov, un estudiante de secundaria de 16 años conocido por sus habilidades informáticas. Gerasimov adaptó Tetris al IBM PC en cuestión de semanas, incorporando color y un marcador. La versión para PC se escribió con Turbo Pascal. Vadim Gerasimov, quien también contribuyó significativamente al Tetris que conocemos hoy en día, actualmente trabaja para Google y es considerado uno de los autores del Tetris. Mientras tanto, Pajitnov quería exportar Tetris, pero no tenía conocimientos del mundo empresarial. Sus superiores en la Academia no estaban necesariamente contentos con el éxito del juego, ya que no habían previsto tal creación por parte del equipo de investigación. Además, la ley de derechos de autor de la Unión Soviética creaba un monopolio estatal en la importación y exportación de obras protegidas por derechos de autor, y a los investigadores soviéticos no se les permitía vender sus creaciones. Pajitnov pidió ayuda a su supervisor Victor Brjabrin, quien tenía conocimiento del mundo fuera de la Unión Soviética, para ayudarlo a publicar Tetris. Pajitnov ofreció transferir los derechos del juego a la Academia por 10 años, importante este dato, y recibió una posible remuneración no obligatoria de Brjabrin a través de este trato. En 1986, Brjabrin envió una copia de Tetris a la editorial de juegos húngara Novotrade. A partir de ahí, copias del juego comenzaron a circular a través de disquetes en toda Hungría y hasta Polonia. A partir de ahí, la situación comenzó a salirse de control y dio inicio a una intensa batalla por los derechos de Tetris. La popularidad del juego creció exponencialmente a medida que se distribuía de manera informal en distintos países del mundo, superando las fronteras y alcanzando a audiencias cada vez más amplias. Esto llevó a una serie de disputas legales y negociaciones complicadas sobre quién tenía el derecho de comercializar el juego fuera de la Unión Soviética. Diversas empresas de todo el mundo comenzaron a darse cuenta del potencial comercial de Tetris y buscaban obtener los derechos para distribuirlo en sus respectivos mercados. Surgieron disputas entre varias compañías sobre quién tenía los derechos exclusivos para Tetris, lo que llevó a una confusión legal que se prolongó durante años. Este período marcó el inicio de una intensa lucha por el control de Tetris, con múltiples actores compitiendo por una parte del pastel de este fenómeno de los videojuegos. La historia de esta batalla por los derechos de Tetris es tan fascinante como el propio juego, llena de giros inesperados, decisiones estratégicas y rivalidades comerciales que definirían el futuro del juego y su legado en la industria de los videojuegos.