La DigiBlast fue una consola portátil multimedia lanzada en 2005 por la empresa holandesa Nikko Entertainment, pensada para el público infantil y capaz de reproducir videojuegos, música, vídeos y fotos mediante módulos adicionales. Con un diseño colorido y robusto, su pantalla TFT de 2,2 pulgadas y su catálogo basado en licencias como Bob Esponja, Winx Club o Yu-Gi-Oh! no lograron competir con gigantes como Nintendo o Sony. Su bajo precio no compensó la falta de juegos de calidad ni la escasa distribución, lo que provocó su rápido fracaso comercial. Hoy en día, la DigiBlast es una pieza curiosa y rara del coleccionismo retro.