El mítico videojuego Another World, conocido en Europa y Estados Unidos como Out of This World, siempre ha sido recordado por su atmósfera única y por sus cinemáticas que parecían sacadas de una película de animación en 1991. Uno de los momentos más emblemáticos del título es la introducción, esa secuencia inicial en la que Lester Knight Chaykin llega a su laboratorio y desencadena el experimento que lo transporta a otro mundo hostil. Durante décadas se pensó que una consola tan limitada como la Nintendo NES jamás podría mostrar algo parecido, pero la comunidad homebrew ha vuelto a sorprender con un logro técnico inesperado: la cinemática completa de la intro ha sido portada a la 8 bits de Nintendo.
El secreto detrás de este port no está en intentar reproducir los polígonos originales ni en simplificar radicalmente las animaciones, sino en un truco brillante que aprovecha la NES de una manera poco habitual. La técnica consiste en convertir previamente el vídeo en una secuencia optimizada de sprites y tiles, y después streamear esos datos a la memoria de la consola de forma progresiva. En lugar de pedirle al hardware que calcule o procese animaciones vectoriales, todo está pre-renderizado y comprimido para encajar dentro de los límites de la máquina, lo que permite que la secuencia se ejecute de manera sorprendentemente fiel al original.
Lo asombroso no es solo que se consiga mostrar la cinemática, sino la fluidez y la coherencia visual que alcanza. La NES, con su CPU de apenas 1.79 MHz y sus limitaciones de color y memoria, parecía incapaz de algo así. Sin embargo, al tratar los frames de vídeo como si fueran un flujo constante de gráficos que se cargan y se desechan al vuelo, se ha logrado que la consola reproduzca la famosa intro de Another World de forma reconocible y, para muchos, hipnótica.
Este tipo de proyectos son un ejemplo del ingenio de la escena retro y del amor por los videojuegos clásicos. No se trata de un port jugable del juego completo, sino de un ejercicio técnico que muestra hasta dónde puede llegar el hardware de 1983 con las herramientas modernas y la dedicación de los fans. La NES nunca recibió oficialmente Another World, pero ahora al menos puede presumir de haber hecho suyo uno de los momentos más icónicos de la historia del videojuego.

